jueves, 20 de octubre de 2011

Los vigilantes




Condenados por torturas dos policías de Barcelona
Los agentes acusaron falsamente a un detenido de traficar con drogas como represalia por una bronca en una discoteca

JESÚS GARCÍA | Barcelona 19/10/2011



El guardia urbano Víctor Bayona trató de flirtear, sin éxito, con una joven rusa en la sala Bikini de Barcelona. Le dijo que era idéntica a la tenista Maria Sharapova. Pese a su ardid y su buena planta y condición atlética -el chico ha ganado la medalla de bronce en los últimos campeonatos para policías de Nueva York- la chica le dio calabazas. "No quiero hablar contigo, vete", le contestó. El agente lo tomó a mal, le tocó el culo y la llamó "puta". Un amigo de la joven, Yuri Sarran, acudió en su ayuda. Y se lió.


Ocurrió la medianoche del 6 de septiembre de 2006. Sarran golpeó con un vaso a Bayona, pero fue reducido por cinco amigos de este -también policías fuera de servicio- y trasladado a la comisaría. Allí, y como represalia por la bronca de la discoteca, fue apaleado, vejado y humillado por Bayona y por el agente Bakari Samyang. La Audiencia de Barcelona ha condenado ahora a ambos a dos años y tres meses de cárcel por un delito de torturas graves y a ocho años de inhabilitación absoluta.

Bayona le propinó "patadas y puñetazos" en la comisaría de la Zona Franca que, "desgraciadamente", señala la sentencia, "devino en un lugar de desprotección". Samyang, que practica elkick boxing, fue más allá: le golpeó con un objeto contundente en la cabeza, le apagó un cigarrillo en el hombro izquierdo, "le restregó la cara con un mocho de fregar" y amenazó con usar una pistola para "enseñarle un juego".

El joven, natural de Trinidad y Tobago e hijo de diplomático, no pudo identificar a los otros cuatro policías que también estaban acusados y que, por ese motivo, han sido absueltos. Los agentes no solo torturaron a Sarran; también le atribuyeron falsos delitos. El tribunal considera "increíble" la versión dada por los agentes: que la disputa se inició, no por una chica, sino porque el joven les ofreció hachís y les atacó cuando iba a ser detenido. Para la Audiencia no es creíble que un estudiante extranjero de Administración de Empresas, "que recibía constantes transferencias de dinero se dedique a vender hachís por 20 euros". Y que lo hiciera, además, "acudiendo a una discoteca con sus compañeros de clase". Los policías usaron una tableta de hachís de otro detenido y se la colocaron a Sarran ya en comisaría.

Además de "simular" el tráfico de drogas y "falsear el atestado", los policías le acusaron sin base de atentado a la autoridad, ya que en ningún momento se identificaron como tales. La sentencia, no obstante, no les condena por estos delitos porque las acusaciones no lo pidieron. Sarran -cuya versión de los hechos se considera "fiable"- ha sido absuelto de todos ellos, pero condenado por un delito de lesiones (arrojó un vaso) a ocho meses de cárcel.
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