sábado, 16 de enero de 2010

Cut up

Una de los casos más tristes y desesperantes de control mental es el del sueco Robert Naeslund, quien se presentó en el hospital Soder de Estocolmo a fines de la década de los ’60 para una cirugía ordinaria que acabaría arruinando su vida: sin su permiso, el cirujano Curt Strand insertó un pequeño objeto denominado "transmisor cerebral" en su cabeza a través de la fosa nasal derecha. No fue sino hasta 1983 que el sueco encontró a un profesional de la medicina interesado en ayudarlo y revisar las radiografías que claramente mostraban la presencia de cuerpos extraños en la su cabeza. El profesor P.A. en Lindstrom de la Universidad de California en San Diego escribió lo siguiente: "Sólo soy capaz de confirmar que algunos cuerpos extraños, casi seguramente transmisores cerebrales, han sido implantados en la base de su cerebro y en el cráneo. mi opinión, no existe excusa alguna para tales implantes.". El galeno pasó a asociar estas estructuras con RHIC-EDOM y con ESB, la estimulación electrónica del cerebro que incluye la telemetría cerebral, o control mental absoluto.

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